viernes, 20 de febrero de 2015

Reflexión antes de la maratón

No queda nada, horas. Depende de cuando te pongas a leer esto quedaran 48, 24 o 2 horas para este objetivo al que le he dedicado mucho tiempo durante todo un año, aunque muchísimo más a fondo en estas últimas 12 semanas.

Me he quitado de fiestas, de tardes con los amigos y de algún que otro quehacer. Y para quitarme yo de estas cosas, muy obsesionado e ilusionado tengo que estar por esa cosa por la que lo sustituyo. Desde el primer entreno específico enchufado, pensando y progresando. Todo ha ido de maravilla respecto al estado de forma. De no ver el número 4 en el GPS, a verlo todos los días en los entrenos, ya fuesen series o tiradas largas. Pero bueno, eso no era difícil, mi estado de forma antes de todo esto era bastante crítico.

He notado una mejoría abismal, y todo gracias a la constancia y, por supuesto, al gran plan de entrenamiento que Juan Antonio Torán me cedió. Cada entrenamiento ha ido sobre rueda. Costaba terminarlos y se sufría, pero al final del día la satisfacción era enorme y esa ducha post-entreno se hacían eterna (sin duda, lo que más se disfruta).

Jodido día 25 de Enero, jodido día que decidí correr la Media Maratón de la Isla de la Cartuja. La verdad es que para esa carrera, esa mañana estuve muy poco desmotivado, como si presagiara que algo no iba bien. Y en efecto, algo no fue bien. Me he pegado 4 semanas de sesiones con Juan Camean, mi fisio, y he estado metiéndole mucha caña a la zona del core, excéntricos y ejercicios manuales. Muchísima caña. Sabía que no podía correr más de 1 km. por eso solo quedaba reforzar la zona inestable que ha causado toda esta lesión.

Ahora, para que os voy a mentir, estoy bastante acojonado. Afronto esta maratón con no más de 21 km. seguidos en mis piernas, no he podido hacer tiradas más largas y creo que eso me tira para atrás. Pero no sólo eso, sino que son 4 semanas sin hacer nada de cardio, sin correr ni 30 minutos, así que imaginaros como está mi estado de forma, del 90% al que estaba al 40%. Y por si fuera poco luchar contra eso en la maratón, hay que rezar por que la rodilla aguante y no duela, ya no durante todo el recorrido, sino al menos hasta los primeros 30 km. con eso, ya me doy un canto en los dientes.

Y no, no voy de tapado! Ojalá pudiese estar escribiendo que voy del carajo y que me voy a comer los 42 km. con papas. Así que no queda otra, luchar contra mi rodilla y contra los kilómetros, y espero ganar la batalla, mejor o peor, pero ganarla.

Y no os doy más la vara, que sea lo que tenga que ser.


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